10. El verdadero valor del descubrimiento freudiano para el tratamiento de las psicosis
En “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de las psicosis”, Lacan recupera el valor del descubrimiento freudiano, cuyas lecturas han tendido a desviarse, para replantear la posición del analista en la clínica.
En el artículo “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de las psicosis”, escrito en 1957-58, Lacan hace una crítica de la situación, en esos años, de los conceptos relacionados con las psicosis. Allí nos dice que los analistas no han podido tomar el verdadero valor del descubrimiento freudiano.
Lacan pone el acento en las alucinaciones para decirnos que es un error considerarlas como auditivas. Se trata, más bien, de la relación del sujeto con su propia palabra.
Veamos las características de la alucinación:
- se impone por sí misma al sujeto en forma de voz.
- provoca perplejidad y el sujeto queda suspendido en el tiempo de la alucinación.
- al tratarse del significante, aparece como varias voces por su propiedad distributiva.
Debemos leerlas, entonces, como efectos del significante. Por lo tanto, ubicamos en las alucinaciones fenómenos de código y fenómenos de mensaje.
Los fenómenos de código son los neologismos, palabras que no existen previamente en el código.
Por otra parte, fenómenos de mensaje son, por ejemplo, las frases interrumpidas: entre una parte de la frase y otra, el sujeto queda perplejo. Es un texto de provocación alucinatoria.
Con “Una cuestión preliminar…”, Lacan vuelve a sentar las bases del edificio freudiano:
- La equivalencia de la función imaginaria del falo en los dos sexos.
- El complejo de castración.
- El complejo de Edipo.
- El concepto de pulsión.
A partir de Lacan entendemos que la condición del sujeto, neurótico o psicótico, depende de lo que tiene lugar en el Otro. La pregunta “¿qué soy ahí, hombre o mujer?” anuda al sujeto a los símbolos de la procreación y la muerte.
¿Qué ocurre en las psicosis, donde el Nombre del Padre, no ha llegado nunca al lugar del Otro? A partir de este punto, Lacan va construyendo el desencadenamiento de la psicosis y el lugar que en ella ocupa el delirio.
Luego, Lacan interroga adónde va a parar la transferencia en las psicosis, al retomar, en el delirio de Schreber, el lugar de su psiquiatra Flechsig.
Finalmente, Lacan hace un aporte importante al decir que la posición de los padres es determinante para la psicosis del hijo. La posición, tanto del padre como de la madre, puede producir un efecto devastador.
Los invito a escuchar.
Transcripción
Hoy vamos a ir recorriendo algunos de los conceptos que hemos visto, pero siguiendo el planteo de J. Lacan en su texto “De una cuestión preliminar a todo tratamiento posible de las psicosis” donde nos hace un planteo importante en relación con la posición del analista frente a la clínica.
Este texto fue escrito en 1957-58 con los puntos más importantes del Seminario III sobre´ “Las Psicosis”. Tiene notas y aclaraciones hasta el año 1966, por lo tanto, nunca abandonó los conceptos del comienzo.
Al comenzar el texto nos dice que cincuenta años de freudismo aplicado a la psicosis deja el problema por pensarse de nuevo o sea que no se pudo tomar el valor del descubrimiento.
Comienza con el tema de la alucinación y nos dice que es un error considerarla como auditiva. Se trata de la relación del sujeto con su propia palabra.
1) La alucinación se impone por sí misma al sujeto en su dimensión de voz.
2) Toma como tal una realidad proporcional al tiempo, queda suspendido en ese tiempo de la alucinación, y provoca perplejidad.
3) Su estructura propia en cuanto significante es determinante en su atribución distributiva, apareciendo en varias voces.
La certeza respecto de la alucinación, nos indica que no es la afirmación de su realidad, sino el hecho que ésta le concierne al sujeto.
Nos encontramos aquí en presencia de fenómenos que se los llamó erróneamente intuitivos. Es la relación del hombre al significante, son efecto del significante como lo debemos leer en esta estructura.
Si se considera el texto de las alucinaciones se establece una distinción entre fenómenos de código y fenómenos de mensaje.
A los fenómenos de código pertenecen las voces que hacen uso de la lengua primitiva, como Schreber que lo describe en un alemán arcaico. Son locuciones neológicas por su forma y por su empleo (palabras compuestas nuevas, un neocódigo).
Es el significante mismo, y no lo que significa lo que constituye el objeto de la comunicación. Las alucinaciones también se reducen a estribillos (frases que se repiten con insistencia).
Los fenómenos de mensaje, son los fenómenos interrumpidos, en los que se sostiene la relación entre el sujeto y el interlocutor, entre una parte de la frase y otra, el sujeto queda perplejo. Es un texto de provocación alucinatoria.
Un sujeto durante la cura dice: “¡Querés tocar a esa nena!.. ¡Ay! no, no, ¡chancha! Dios me va a castigar”.
Lacan sitúa que pasó después de Freud, que se trató de un discurso para sordos.
Nos dice que no se pudo tomar el aporte y hace una pregunta:
1-¿Cómo hacer pasar lo interior a lo exterior?
Freud desecha el mecanismo de la proyección porque es insuficiente para dar cuenta de lo que pasa.
2- Aportó más tarde la Introducción al narcisismo. El Yo se constituye a partir del otro. Luego llama la atención sobre el hecho de que en la psicosis el problema no es la realidad, sino del resorte de lo que la sustituye.
3- Vuelve a colocar el edificio freudiano: La equivalencia de la función imaginaria del falo en los dos sexos, el complejo de castración como fase normativa del acto de asumir el sujeto su propio sexo, el mito del asesinato del padre, hecho necesario por la presencia constituyente del complejo de Edipo en toda historia personal y el concepto de pulsión. Plantea la desviación de los postfreudianos sobre estos conceptos.
4- Lacan toma la homosexualidad, supuesta determinante de la psicosis paranoica, como un síntoma articulado en un proceso. Proceso que comienza con su primer signo en el sueño en duermevela de Schreber, “Que bello sería ser una mujer que está sufriendo el acoplamiento”. No se trata de la homosexualidad de la perversión, sino un modo de resolver en el delirio la falta de posición sexual en la psicosis.
Con Lacan:
La condición del sujeto S (neurosis o psicosis) depende de lo que tiene lugar en el Otro.
Lo que tiene lugar allí es articulado como un discurso (el inconsciente es el discurso del Otro). De allí partió con las formaciones del inconsciente.
Está el S (Sujeto), a (sus objetos), a’(su yo) lo que se refleja de su forma en sus objetos y A (el lugar donde se plantea la pregunta por su existencia).
Esta pregunta ¿Qué soy ahí? que es hombre o mujer por una parte y por otra parte que podría no ser. Anudándolo en los símbolos de la procreación y la muerte.
La pregunta por la existencia baña al sujeto, lo sostiene, lo invade y dan cuenta de los fantasmas con que el analista tropieza en la cura. Esta pregunta se articula en el discurso.
Siguiendo a Freud, Lacan nos dice que el Otro es el lugar de esa memoria que él descubrió bajo el nombre de inconsciente, memoria como una pregunta por lo indestructible de ciertos deseos. Y ahí va a la repetición.
Por otro lado, define que es en un accidente o sea la preclusión del Nombre del Padre en el lugar del Otro y en el fracaso de la metáfora paterna donde encontramos la condición esencial de la psicosis.
Para que la psicosis desencadene, es necesario que el Nombre del Padre, forcluido, es decir, sin haber llegado nunca al lugar del Otro, sea llamado allí en oposición simbólica al sujeto.
Lacan nos dice que se trata de una coyuntura dramática del sujeto, puede ser el encuentro con Un Padre, con la sexualidad, procreación, con una responsabilidad, un título, algo en relación con poner en juego el nombre propio.
Hemos visto estos elementos en los podcasts anteriores.
Retoma el delirio de Schreber para ir situando el valor de Flechsig en el delirio o sea donde van a parar las transferencias.
Cómo trabajar y progresar en los conceptos para maniobrar con la transferencia particular que se juega en esta estructura y esto no es fuera de la clínica.
Hay un punto que me parece importante volver a tomar y tiene que ver con la posición de los padres del sujeto para que surja una psicosis en un hijo.
Es importante el lazo de amor y respeto por el cual la madre pone o no al padre en su lugar ideal. Es importante el caso que hace la madre de la palabra del padre, de su autoridad, del lugar que ella reserva al Nombre-del-Padre en la promoción de la ley.
Coloca, Lacan, un efecto devastador de la figura paterna en los casos en que el padre tiene realmente función de legislador, como virtuoso, pilar de fe, parangón de devoción o de integridad, como salvador. En muchas ocasiones son ideales tan altos que frecuentemente le ofrecen de encontrarse en postura de insuficiencia, de fraude, de excluir el Nombre del Padre de su posición en el significante.
Esto abre un plano importante, el Nombre del Padre puede estar forcluido por una de dos circunstancias y no por una sola.
Siempre se escucha que se da porque la madre no hace caso a la palabra del padre y el texto nos trae otro punto la relación del propio padre con la Ley, es decir, en el límite, la cuestión de la impostura paterna.
Lacan pareciera que está en condiciones de proponer un abordaje posible de la psicosis desde una teoría construida, no desde la neurosis sino desde las psicosis.
Así como Freud construyó su teoría de la mano de la histeria, Lacan se introdujo en el psicoanálisis de la mano de Aimée. Una paciente que conoció en el hospicio de Sainte-Anne, de ella vamos a hablar en las siguientes emisiones.