26. El lugar de un hijo en el deseo de sus padres
En esta emisión, veremos cómo el deseo por un hijo se relaciona con la manera en que están anudados el deseo, el amor y el goce entre los padres, en la erótica de la pareja. Se trata, entonces, del deseo desde dos lugares: por un lado, del deseo de los padres entre ellos, como hombre y mujer, y, por otro, del deseo dirigido a un hijo.
Continuamos nuestro recorrido por el concepto de sexualidad femenina y nos interrogamos por el lugar que tiene en ella el deseo por un hijo.
En esta emisión, veremos cómo el deseo por un hijo se relaciona con la manera en que están anudados el deseo, el amor y el goce entre los padres, en la erótica de la pareja. Se trata, entonces, del deseo desde dos lugares: por un lado, del deseo de los padres entre ellos, como hombre y mujer, y, por otro, del deseo dirigido a un hijo.
La transmisión del deseo de padres a hijos está regulada por la posición de los padres frente a la castración.
El deseo de la madre tendrá una función anticipatoria: ella anticipará la existencia del sujeto aun antes de que este sea un viviente; antes, incluso, de la fecundación. Ya desde entonces piensa su nombre, lo imagina, prepara su lugar, su ropa, etc.
Por su parte, el deseo del padre promueve una operación nominante que hace efectivo un enlace. Esta operación es mucho más que significante. Por un lado, al nominar a su hijo como tal, queda él mismo nombrado como padre. Por otro lado, enlaza ese real que un hijo presenta y le da cabida a un linaje. Lacan nos plantea que un padre merece respeto y amor cuando hace “de una mujer objeto a minúscula que causa su deseo”.
Los invito a escuchar.