¿Está en crisis el psicoanálisis? Entrevista a Jacques Lacan

No es raro escuchar a los detractores del psicoanálisis decir que la práctica fundada por Sigmund Freud es incapaz de adecuarse a los tiempos que corren. Paradójicamente, esta objeción no es nueva. El propio Lacan tuvo la oportunidad de responderla de forma categórica. 

Ordenando la biblioteca, encontré un texto que tengo hace un tiempo, se trata de una entrevista a Lacan realizada por la periodista Emilia Granzotto y publicada en el periódico Panorama (Roma) el 21 de diciembre de 1974 bajo el título «Freud por siempre».

Allí se le pregunta a Lacan sobre la crisis del psicoanálisis en la sociedad contemporánea, y él habla del psicoanálisis, de su método, su técnica y su doctrina.

El texto es valioso para seguir las respuestas de Lacan, en las que va ubicando que la supuesta crisis por la que se le pregunta en realidad no es tal. La cuestión es el tiempo: el tiempo necesario para que el descubrimiento freudiano sea tomado en toda su dimensión.

Además, ubica las consecuencias para el sujeto de lo que llamamos progreso y se refiere también al retorno a Freud, al que dedicó una lectura minuciosa y una transmisión excepcional.

A continuación, algunos fragmentos de esa entrevista.

Crisis del psicoanálisis

Panorama: Se escucha cada vez más a menudo hablar de la crisis del psicoanálisis: se dice que Sigmund Freud está pasado de moda, la sociedad moderna ha descubierto que su doctrina ya no es suficiente para comprender al hombre ni para interpretar a fondo su relación con el medio ambiente, con el mundo.

 

Lacan: Esas son historias. En primer lugar: no hay crisis. El psicoanálisis no tiene localizados sus límites. Hay todavía muchas cosas por descubrir, en la práctica y en la doctrina. En psicoanálisis no hay una solución inmediata. Pero solamente a la larga espera investigar los por qué.

En segundo lugar, Freud. ¿Cómo se puede juzgar que está pasado de moda si nosotros no lo hemos comprendido totalmente?

Su doctrina ha puesto en cuestión la verdad, un asunto que importa a cada uno, personalmente. Nada tiene que ver con una crisis. Yo repito: se está lejos de los objetivos de Freud. […]

Él lo había previsto. Decía que hay tres posiciones imposibles de sostener, tres intervenciones imposibles: gobernar, educar y psicoanalizar. Hoy poco importa qué responsabilidades tiene el gobernante y todo el mundo se pretende educador.

En cuanto a los psicoanalistas, desgraciadamente, ellos prosperan como los magos y los curanderos. Proponer ayudar a las personas, significa el éxito asegurado y la clientela detrás de la puerta. El psicoanálisis es otra cosa.

El psicoanálisis es otra cosa

Panorama: ¿Qué exactamente?

 

Lacan: Lo defino como un symptôme, revelador del malestar de la civilización en la cual vivimos. No es una filosofía, tampoco una fe y tampoco me gusta llamarla ciencia. Decimos que es una práctica que se ocupa de lo que no marcha bien, terriblemente difícil porque ella pretende introducir en la vida cotidiana lo imposible y lo imaginario.

 

[…]

 

Panorama: ¿Qué es lo que no marcha bien en el hombre?

 

Lacan: Hay una gran fatiga de vivir, resultado del camino hacia el progreso. Se espera del psicoanálisis que descubra hasta dónde se puede ir arrastrando esa fatiga, este malestar de la vida.

 

Panorama: ¿Qué es lo que empuja a la gente a psicoanalizarse?

 

Lacan: El miedo. Cuando al hombre le llegan las cosas, incluso las cosas que ha querido, que no comprende, tiene miedo. Sufre de no comprender y poco a poco entra en un estado de pánico, es la neurosis.

 

[…]

 

Panorama: ¿Y el tratamiento?

 

Lacan: El neurótico es un enfermo que se trata con la palabra, sobre todo con la suya. Debe hablar, contar, explicar él mismo. Freud lo define así: «asunción de parte del sujeto de su propia historia, en la medida en que ella está constituida por la palabra dirigida a otro». […]

La palabra es la gran fuerza del psicoanálisis. […]

Las vías por las cuales esta acción de la palabra procede pide mucha práctica y una paciencia infinita. La paciencia y la ponderación son los instrumentos del psicoanálisis. La técnica consiste en saber ponderar la ayuda que se le da al analizante; es por esto que el psicoanálisis es difícil.

El retorno a Freud

Panorama: Cuando se habla de Jacques Lacan, se asocia inevitablemente ese nombre a una fórmula: «el retorno a Freud». ¿Qué significa eso?

 

Lacan: Exactamente lo que he dicho. El psicoanálisis es Freud. Si uno quiere hacer psicoanálisis hay que referirse a Freud, a sus términos, a sus definiciones, leídos e interpretados en su sentido literal. Yo he fundado en París una escuela freudiana justamente para eso.

Hace veinte años y más que vengo explicando mi punto de vista: el retorno a Freud significa simplemente despejar el campo de las desviaciones y de los equívocos, retomando la lectura de su enseñanza según los principios definidos y catalogados en su trabajo. Releer a Freud quiere decir solamente releer Freud. Aquel que no hace esto en psicoanálisis, utiliza formas abusivas.

 

Panorama: Pero Freud es difícil y Lacan, dicen, lo vuelve incomprensible.

 

[…]

 

Lacan: Yo lo sé. […] Pero el psicoanálisis no es una cosa simple.

Mis libros son famosos incomprensibles. ¿Pero por qué? Yo no los he escrito para todos, para que sean comprendidos por todos. Al contrario, no me he preocupado un instante de disfrutar con algunos lectores. Yo tenía cosas para decir y las he dicho.

[…] Estoy convencido de que dentro de diez años, como máximo, quien me leerá me encontrará transparente como una bonita copa de cerveza.

Fragmentos extraídos de «Freud por siempre», entrevista de Emilia Granzotto a Jacques Lacan para el periódico Panorama (Roma), 21 de noviembre de 1974. Traducción al español de Olga Mabel Máter y Alejandra Freschi. El texto completo de la entrevista está disponible en este enlace.

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