11. La castración en la lógica del inconsciente

Según Freud, la castración no toma su valor en el presente de la amenaza, sino con posterioridad, en un acto de resignificación. Vía Lacan, veremos qué implica esto en la lógica general del inconsciente.

El complejo de castración tiene una función de nudo para la estructuración de los síntomas en las tres estructuras clínicas (neurosis, psicosis y perversión) y una función reguladora de la posición inconsciente.

Lacan nos trae las secuelas del complejo de castración en el inconsciente masculino y en el penisneid en la mujer. Parte del lugar del Otro materno como provisto de falo para los dos sexos y todo el camino que esto implica para el varón y para la niña: cuál es la respuesta del sujeto frente a la dimensión traumática o castración del Otro.

En este punto lo enlazamos con el texto freudiano La escisión del yo en el proceso defensivo que abordamos en el blog la semana pasada.

Aquí es importante el concepto de a posteriori. Es sólo después, con posterioridad, cuando se hace efectiva la amenaza, se resignifica y toma todo su valor la visión de la castración del Otro, la visión de la diferencia.

El descubrimiento de la castración del Otro tiene valor de trauma y exige una respuesta de parte del sujeto: lo reprime, lo reniega o lo forcluye.

En el historial del “hombre de los lobos”, Freud habla de resignificación y nos dice que se da en dos tiempos, donde el segundo activa la escena.

La escena produce efectos con posterioridad y no pierde su frescura desde el año y medio a los cuatro años. Solo en esa edad la escena primera toma eficacia psíquica y determina su síntoma y su fantasma, o sea al cierre del Edipo.

¿Tienen valor de realidad éstas escenas?

En la Conferencia 23 de “Introducción al psicoanálisis”, Freud nos dice que hay tres temas que siempre retornan en la historia juvenil de los neuróticos: la observación de la escena primaria, la seducción por una persona adulta y la amenaza de castración.

Las fuentes de estas fantasías son lo pulsional. Freud las llamas fantasías primordiales y corresponden a tiempos originarios de la familia humana.

El niño fantaseador llena lagunas con la verdad de los tiempos antiguos, con la herencia arcaica del ser humano.

La neurosis del adulto se edifica sobre la neurosis infantil.

El a posteriori o la resignificación es un mecanismo psíquico de anticipación y retroacción. Es una temporalidad especial y tiene relación con la causalidad.

Todo el trabajo con el inconsciente tiene esta lógica y es fundamental en la dirección de la cura para la construcción de la neurosis infantil bajo transferencia.

Los invito a escuchar.

Transcripción

Acerca de la castración y la lógica del inconsciente

Hoy tomaré el tema de la castración, concepto central en la clínica psicoanalítica.

Hablar de Complejo de castración, es hablar del significante fálico. J.Lacan en el texto “ La significación del falo” de 1958 nos dice que el Complejo de castración tiene una función de nudo para la estructuración de los síntomas, en las neurosis, las psicosis y la perversión.

Además tiene una función reguladora de la instalación de una posición inconsciente, sin la cual no podría identificarse al tipo ideal de su sexo, ni responder sin graves vicisitudes a las necesidades de su partenaire en la relación sexual, incluso al lugar que se le va a otorgar al niño en esa estructura familiar.

El texto nos trae el concepto de un desarreglo en la sexualidad humana y lo irreductible a todo análisis de las secuelas del complejo de castración en el inconsciente masculino y en el penisneid en la mujer.

Lacan nos direcciona al lugar del Otro materno como provisto de falo para los dos sexos y plantea que la significación de la castración no toma su alcance eficiente en cuanto a la formación de los síntomas sino a partir de su descubrimiento como castración en la madre.

Ahí está la respuesta del sujeto frente al trauma o castración del Otro. Es el momento de la experiencia sin la cual ninguna consecuencia sintomática (fobia) o estructural (penisneid) que se refiere al complejo de castración tiene efecto.

Dice Freud, que la experiencia clínica muestra que también en la mujer el falo está en el centro. El penisneid resulta de la articulación esencial de la entrada de la mujer en la dialéctica edípica, así como la castración se encuentra en el corazón de la dialéctica en el hombre.

El varón sale del Edipo por la amenaza de castración y para la niña se juega fundamentalmente la decepción.

Aquí se sella la conjunción del deseo en la medida en que el significante fálico es su marca, con la amenaza o la nostalgia de la carencia de tener.

Es la ley introducida por el padre en esta secuencia de la que depende su porvenir.

La relación del niño con el falo se establece porque el falo es el objeto del deseo de la madre y juega en la dialéctica del niño con la pareja parental.

El análisis demuestra que el padre, en tanto que priva a la madre del objeto de su deseo, tiene un papel esencial en las neurosis y en todo el curso del Complejo de Edipo.

Hay un tiempo anterior a la amenaza de castración y es cuando el padre entra en función como privador de la madre.

¿Qué pasa cuando en una configuración especial de la relación con la madre, el padre y el falo; el niño no acepta que la madre sea privada por el padre del objeto de su deseo?

Este no aceptar pone al niño como sujeto en la posición de elegir, se tratará de pensar como se pone en juego en la neurosis, la psicosis y la perversión, esto es nodal. El sujeto es activo, está en posición de elegir.

Este punto me lleva a ubicar el texto freudiano sobre «La escisión del Yo en el proceso defensivo», del que recientemente publiqué un recorrido que pueden encontrar en el blog.

Ahí nos dice Freud que el Yo del niño se encuentra al servicio de una exigencia pulsional que está habituado a satisfacer. De pronto, frente a la amenaza de que si continúa con la satisfacción correrá peligro, debe decidirse: reconoce el peligro real y renuncia a la satisfacción o desmiente y persevera en la satisfacción.

Ubica Freud un punto importante y es que no es forzoso que la amenaza de castración cause impresión por sí sola.

Si ha visto los genitales femeninos, –nos dice Freud– el niño pudo convencerse de esta posibilidad; pero en aquel tiempo no extrajo ninguna conclusión porque la repugnancia a ello era demasiado grande y aparecen las teorías infantiles.

Solo después (nachträglich, a posteriori) despierta el recuerdo que se tuvo por inofensivo. Es en este momento cuando se cree en el peligro de la castración.

Podemos enlazar esto con lo que Lacan nos trasmite en relación con la castración del Otro.

En cuanto a la función para la estructuración de los síntomas, la significación de la castración alcanza eficacia a partir de su descubrimiento como castración en la madre.

El descubrimiento de la castración en el Otro tiene valor de trauma y exige al sujeto una respuesta, ese no aceptar; pone al niño en posición de elegir: reprime, forcluye o reniega.

Es un tiempo anterior a la amenaza de castración; la amenaza viene a resignificar, nachträglich, a posteriori: frente al trauma no ha sacado ninguna conclusión, pero la amenaza despierta el recuerdo que se tuvo por inofensivo. Ahora sí cree en el peligro de la castración.

En el Historial del “Hombre de los lobos” Freud habla de nachträglich.

Parte de los síntomas, no se mueve ni un centímetro de esta guía para la construcción de la neurosis infantil.

El Complejo de Castración, es mucho más que el tiempo de la amenaza y es fundamental para la estructuración del psiquismo.

Freud habla de dos tiempos, donde el segundo activa la escena. La escena produce efectos con posterioridad y no pierde su frescura en el intervalo de uno y medio a cuatro años. Solo a esta edad la escena primera toma su eficacia psíquica determinante en su síntoma y su fantasma.

En este momento Freud se interroga por el valor de realidad de la escena de seducción, del coito entre los padres y también de la amenaza de castración.

En la Conferencia 23 de “Introducción al psicoanálisis”, Freud nos dice que entre los antecedentes que siempre retornan en la historia juvenil de los neuróticos, hay tres temas que no faltan: la observación del comercio sexual entre los padres, la seducción por una persona adulta y la amenaza de castración.

El niño se compone esa amenaza sobre la base de indicios, ayudado por su saber de que la satisfacción auténtica está prohibida y bajo la impresión del descubrimiento de los genitales femeninos.

Tampoco está excluido que el niño pequeño sea testigo de un acto sexual entre los padres u otros adultos y comprenda con posterioridad esta impresión.

Pero cuando el acto es descrito con detalles muy precisos, esta fantasía se apuntala en la observación del comercio sexual entre animales.

En relación con la fantasía de seducción, presenta un interés importante. El niño encubre por regla general el período auténtico de su quehacer sexual, o sea su propia masturbación.

Estos hechos de la infancia son necesarios y pertenecen al patrimonio de las neurosis; se constituye con indicios y fantasías.

¿De donde viene la necesidad de crear estas fantasías?.

Las fuentes de estas fantasías son las pulsiones, Freud las llama fantasías primordiales y las caracteriza como patrimonio filogenético.

La seducción infantil, la excitación sexual provocada por la observación del coito entre los padres, la amenaza de castración, fueron así en los tiempos originarios de la familia humana. El niño al fantasear llena lagunas de la verdad individual con una verdad de la historia de los tiempos antiguos.

El núcleo de lo inconsciente nos dice Freud lo constituye la herencia arcaica del ser humano y de ella sucumbe al proceso represivo todo cuanto en las fases evolutivas posteriores resulta inconciliable con lo nuevo. Las pulsiones sexuales son capaces de hacer fracasar el propósito de la represión y así se dan formaciones sustitutivas perturbadas (síntomas).

Por eso la sexualidad infantil que sucumbe a la represión es la principal fuerza pulsional en la formación de síntomas y la pieza esencial de su contenido, el Complejo de Edipo, que es el complejo nuclear de las neurosis.

En el historial del “Hombre de los Lobos”, Freud nos dice que en la historia primordial de las neurosis el niño toma de esas vivencias filogenética toda vez que su propio vivenciar no basta.

El sujeto llena lagunas de la verdad individual con una verdad prehistórica, pone la experiencia de los ancestros en lugar de la propia.

La neurosis del adulto se edifica sobre su neurosis de la infancia, pero esta no siempre fue lo bastante intensa como para llamar la atención.

Volviendo al nachträglich, los registros del funcionamiento psíquicos no se encuentran en un orden lineal, constituyen un mecanismo dialéctico de anticipación y retroacción. Es una peculiar temporalidad y tiene relación con la causalidad.

Esto es lo que Lacan conceptualiza como apres coup: un acontecimiento adquiere su significación por el suceso que le sigue; un hecho posterior redefine el valor de su antecedente.

Todo el trabajo con el inconsciente tiene esta lógica, llegado en la cura a una construcción de un punto de la historia, surge un significante que hasta ese momento no había tenido valor y redefine toda la construcción realizada.

Esto es fundamental para el trabajo de la cura y la construcción de la historia infantil.

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