1. Conceptos para abordar la estructura de las psicosis

En nuestro primer encuentro, presentaremos algunos puntos fundamentales para considerar en el tratamiento de las psicosis, un acercamiento al valor del discurso del psicoanálisis para abordar la clínica de las psicosis.

  • El sujeto está constituido por el orden de la palabra, no hay sujeto sino lo antecede el significante.
  • El Otro es un lugar, es el tesoro de los significantes, la condición del sujeto –neurótico o psicótico– depende de lo que tiene lugar en el Otro.
  • Un accidente en el registro simbólico, la forclusión del Nombre del Padre en el lugar del Otro, es lo que le da a la psicosis su condición esencial. Al decir de Lacan, es una falla irreparable.
  • ¿Qué es el Nombre del Padre? ¿Qué implica esta función?
  • Iremos a un momento mítico, de origen del proceso de simbolización para intentar captar qué pasa cuando ese significante ordenador de la cadena no es admitido en lo simbólico sino forcluido al campo de lo real.
  • Veremos qué produce esto como efecto para la subjetividad.
  • Ubicaremos las formaciones del inconsciente y las formaciones de lo real. A qué campos corresponden.
  • El aporte del psicoanálisis: una revolución en la captación de la locura.
  • El concepto de Verwerfung (que Lacan traduce como “forclusión”) es un antes y un después en el descubrimiento freudiano. Freud nos aporta el valor fundamental del delirio, su significación. Su valor de verdad, cómo leerlo en su valor de texto. Así trabajó con las Memorias de un enfermo nerviosode Daniel Paul Schreber, leyéndolas al modo en que se descifran los jeroglíficos.

Espero que la escucha de esta emisión vaya creando en ustedes interrogantes y comentarios. Los invito a comentar debajo y a participar del intercambio.

Transcripción

Voy a partir de una pregunta importante para esta experiencia.

¿Cómo enseñar las enseñanzas del psicoanálisis?

¿Se trata de enseñanza o de transmisión?

Se enseña hablando… el habla es un hecho de discurso. Este trabajo de transmisión lo propongo pensando la enseñanza como una posición subjetiva, un deseo.

Lacan homologaba la posición enseñante al trabajo del analizante.

Se transmite mediante la palabra un texto que se dirige a los que escuchan; en este caso, a ustedes; ¿para qué? Para que produzca efectos más allá de lo que de él se entienda.

Es para que arme un pase, pase de interrogación por la clínica, de inquietud por ir a los textos de nuestros maestros muchas veces, pase de la maravilla que es captar un concepto y que eche luz a la clínica de ese día; pase de un deseo.

¿Por dónde comenzar?

Yendo a mis comienzos en la práctica clínica, está siempre presente la pregunta por las psicosis.

Apostando a ese comienzo, empezaré por ahí, iniciando un acercamiento al valor del discurso del psicoanálisis en el abordaje de esta estructura.

Se trata de no retroceder. No retroceder frente a las psicosis. Esta es una frase lacaniana enigmática en relación con la posición del analista.

Como nos han transmitido Freud y Lacan se trata de una estructura con una lógica particular.

Lacan nos da una indicación fundamental: «frente al decir psicótico, no comprendan». Si creen comprender, no se trata de eso, es una trampa.

Es una trampa para no escuchar al sujeto. Poder soportar la no comprensión es dar acceso a la palabra del paciente.

Es solo en la no comprensión que puede producirse algo de la experiencia analítica.

En el «Breve discurso a los psiquíatras», texto de Lacan de 1967, retoma el pplano de la no comprensión que colocó en el seminario Las Psicosis de 1955-1956 y nos aporta otros elementos para pensar cómo escuchar.

Les habla a los psiquíatras, pero no solo a los psiquiatras, sino a quienes están en posición psiquiátrica, o sea cualquiera de nosotros.

El que atiende a un paciente psicótico está concernido con la locura, lo quiera o no. Si no se siente concernido es porque coloca cierto número de barreras protectoras, sea la comprensión, el chaleco químico, el encierro; formas, al decir de Michael Foucault, de tratarlos humanitariamente. Las barreras protectoras son barreras para no escuchar.

Estar concernido es escuchar allí a un Sujeto, al Inconsciente. La posición del analista consiste en ceder la posición de Sujeto al hablante y establecer allí que hay una verdad en lo que el hablante dice, y una lógica de sus dichos para ubicar.

Una lógica en relación con el significante, a cómo están alojados los elementos de la estructura en los tres registros: Real, Simbólico e Imaginario y sus efectos (estos tres registros son un aporte fabuloso de Lacan).

Lo que el psicoanálisis aporta es una revolución en la captación de la locura. Es un antes y un después del descubrimiento freudiano, con el concepto de Verwerfung (lo que fue cercenado retorna desde afuera). Freud nos aporta el valor fundamental del delirio, su significación. Su valor de verdad, cómo leerlo en su valor de texto.

A partir de la enseñanza de Lacan, muchos conceptos se abrieron en su retorno a la letra freudiana y otros nuevos aparecieron. Así tomó valor la posibilidad de un tratamiento posible para las psicosis.

Hay un campo muy amplio que denominamos psicosis, que incluye esquizofrenia, paranoia, psicosis maníaco depresivas (o como se las llama en la actualidad, síndrome bipolar) y melancolía.

Estas presentaciones clínicas muestran grandes diferencias entre sí. Sin embargo existe un punto estructural común que nos lleva a agruparlos en un mismo campo: la clínica de las psicosis.

La teoría fue avanzando, ubicando cuestiones del registro de lo Real, Simbólico e Imaginario.

Lacan dio a los psicoanalistas deudores de su enseñanza un fuerte impulso. Delimitó el campo de las neurosis a partir de retorno de lo reprimido con las formaciones del inconsciente como sueños, lapsus, chistes, síntomas, etc. Y por otra parte, las formaciones elementales o formaciones de lo Real, la reaparición en lo Real de lo que fue rehusado por el sujeto: el delirio, las alucinaciones, los estribillos, neologismos, frases interrumpidas, etc.

¿Qué esperar de un tratamiento posible en la dirección de la cura?

Se trata para el psicótico de encontrar el recurso que le permita operar una regulación en ese exceso de goce, sea por las producciones artísticas, por las inhibiciones, por las rutinas estereotipadas o por la elaboración delirante.

Son diferentes vías que le permitirán suplir la no función del objeto, engendrando un nuevo arreglo con el goce. La construcción de una suplencia en el trabajo de análisis bajo transferencia es el gran aporte lacaniano y permite ubicar y moderar el goce invasor y arrebatado. Además, Lacan abrió un amplio espectro de trabajo con lo que se llama la psicosis sin desencadenar. Que es aquella en la que no hubo brote pero podemos ubicar cuestiones de estructura para la dirección de la cura.

Algunos conceptos fundamentales para esta estructura

El Sujeto está constituido por el orden de la palabra. No hay sujeto sino lo antecede el significante.

En relación con las estructuras clínicas, podemos hablar de Otro, otro, de sujeto, de objeto a, de significante.

El Otro es un lugar, es el tesoro de los significantes. La condición del sujeto, neurosis o psicosis, depende de lo que tiene lugar en el Otro.

Es en un accidente en el registro simbólico, o sea la forclusión del Nombre del Padre en el lugar del Otro, la condición esencial para la estructura de la psicosis que la separa totalmente de las neurosis. Lacan dice que la forclusión del nombre del Padre es un daño irreparable.

¿Qué es el significante Nombre del Padre?

No tiene que ver con el padre real del sujeto. Es un significante, significante primordial para cada sujeto, y fundamentalmente es una función.  ¿Qué implica esta función? Orden, instala la prohibición, la ley (la ley de prohibición del incesto). Y es porque está la prohibición que está el deseo.

Nos dice Lacan que el Nombre del Padre es la carretera principal que polariza y agrupa en un haz a las significaciones.

El significante Nombre del Padre en lo simbólico, entonces, instala la prohibición y la marca del Rasgo Unario, o sea la primera identificación que toca el lugar del padre, el amor al padre. También permite la inscripción del Falo, por lo tanto, la significación fálica, la castración, el sujeto barrado.

El Nombre del Padre permite la primera identificación que da lugar a la posición sexual.

La posición sexual, ser hombre o mujer, es el resultado de una operación puramente simbólica, no está en relación con la anatomía. Si no, ¿cómo pensar el Edipo?

¿Quién transmite el Nombre del Padre? La madre es transmisora de ese significante primordial que marca al sujeto.

¿Qué pasa cuando el Nombre del Padre no está inscripto en lo simbólico?

Para ir armando las respuestas tendremos que ir a un momento mítico en el proceso de la simbolización, donde el lenguaje empieza a funcionar.

En el origen del proceso de simbolización hay dos posibilidades en relación con el significante Nombre del Padre. Se da una Bejahunj o una bien una Verwerfung.

Si el Nombre del Padre entra en lo simbólico se da una Bejahunj primordial (una afirmación primordial). En ese momento en el que algo entra, algo es expulsado (en en lo simbólico hay una expulsión primordial), que Freud llama Ausstossung (funda lo real para la estructura en oposición a lo simbólico).

Esto quiere decir que lo que se incorpora va a constituirse siempre sobre el fondo de una pérdida, lo expulsado. Se arma allí el mito del «dentro y el fuera».

Lo que queda dentro, la afirmación primordial, lo simbolizado, funda la represión primaria y, en un tiempo posterior, la secundaria.

Lo que cae bajo esta represión retorna y las formas del retorno de lo reprimido son la formaciones del inconsciente: síntomas, sueños, actos fallidos, chistes, recuerdos encubridores.

La represión es el mecanismo de la neurosis.

Otra de las formas de la aparición de lo reprimido es la Verneinung o denegación, como no aceptación de lo reprimido.

El sujeto presenta el propio ser bajo el modo de no serlo. El texto freudiano «La negación» trae un ejemplo de un paciente que frente a una intervención dice «No, no es mi madre». Freud nos dice que lo que hay que leer es que se trata de la madre. Es del orden del discurso y concierne a lo que se produce por vía articulada.

Luego vamos a retomar la Bejahung y la Verneinung en relación con los juicios o la posibilidad de pensamiento.

Existe la posibilidad de que el significante Nombre del Padre no entre en lo simbólico y sea forcluido, alojado en el campo de lo Real.

Las consecuencias de la forclusión son diferentes de las consecuencias de lo que fue simbolizado.

La forclusión retorna por estructura misma, pero retorna de lo Real. Se trata de las llamadas formaciones elementales: neologismos, alucinaciones, frases interrumpidas, estribillos, delirio, fenómenos del orden del lenguaje. Esta es una concepción nueva a partir de Lacan.

¿De qué se trata cuando hablamos de Verwerfung? Se trata de rechazo, de la expulsión de un significante primordial a las tinieblas del exterior.

Lacan coloca el término forclusión y ubica dos acepciones: 1. viene del derecho: vencimiento de una facultad o derecho no ejercido en los plazos prescriptos; 2. figurativamente: exclusión forzada, imposibilidad de entrar, de participar.

Entonces cuando desde la realidad viene el llamado al significante primordial, que no está simbolizado se produce primero un cataclismo imaginario. Luego, una puesta en juego de todo el aparato del significante: desorden, fragmentación, palabras insignificantes, demasiados significantes, una verdadera descomposición del discurso interior. Momento de eclosión, de brote luego del cual la subjetividad intentará la reconstrucción o suplencia, como Scherber con su delirio.

Retomamos el término de Behagung y Verneinug en relación con los juicios de atribución y existencia, porque la posibilidad del juicio hace pensar a Freud en la génesis del pensamiento.

En relación con la Behagung, es decir la afirmación primordial, se instala un juicio de atribución: ¿lo quiero? Me apropio de ello (lo introyecto) o lo quiero expulsar (lo malo). Se armaría la distinción entre lo extraño y el mismo.

La denegación, o Verneinug, instala el juicio de existencia. Este es un segundo momento: ahora dice que eso existe. Puede producirse un pensamiento, una aparición del ser, bajo la forma del no serlo. Es el punto de la negación freudiana.

Estos juicios permiten la posibilidad del pensamiento y de una comunicación articulada, o sea la dimensión dialéctica.

Volviendo a la pregunta por las consecuencias de que el Nombre del Padre no esté inscripto en lo simbólico, tomaré algunos puntos a modo de cierre del encuentro de hoy.

  • No se instala la prohibición.
  • No da lugar a la metáfora paterna y se arma la metáfora delirante como respuesta (el delirio).
  • No está la primera identificación al rasgo que da lugar a la identificación para posición sexual.
  • No está la posibilidad de la inscripción fálica o sea que no hay significación fálica, ni castración en lo simbólico.
  • Podemos hablar de sujeto en la psicosis, pero no de sujeto barrado, sujeto atravesado por la castración).
  • No está la posibilidad de discurso o lenguaje articulado. Entonces, el sujeto psicótico está en el lenguaje, pero no en el discurso.

En el próximo encuentro continuaré con las formaciones elementales de la psicosis.

Comentarios

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18 respuestas a “1. Conceptos para abordar la estructura de las psicosis”

  1. Victoria Urtaza

    hola estimado colega tu articulo es bastante claro. solo no concuerdo con lo del «accidente en lo simbolico» a lo q haces referencia a la forclusion del nombre del Padre. ya que al decir que es un accidente quitas toda implicacion subjetiva la cual es la decision insondable del ser para la constitucion subjetiva que derivara en las estructuras clinicas. saludos

    • Liliana Goldin

      Estimada Victoria:

      Muchas gracias por tu comentario. Es bueno saber que el material te pareció claro.

      La condición en el sujeto, neurosis o psicosis, depende de lo que es articulado en el Otro, nos dice Lacan. Se trata de la respuesta de sujeto, posición de sujeto frente a la castración del Otro. Entiendo que esta es la decisión insondable a la que referías. El accidente en lo simbólico se trata de aquel significante primordial que es arrojado, expulsado a las tinieblas de lo Real.
      Este accidente en el registro de lo simbólico tiene sus consecuencias, una de ellas es el fracaso de la metáfora.

      Saludos

  2. Patrick

    Maravilloso, muchas felicidades. Esto realmente me sirve demasiado, y más ahora que me siento fuertemente inclinado hacia éste saber y estoy tratando de ahondar en el psicoanálisis.

  3. Antonio

    Me ha gustado mucho el audio. Lo que no termino de captar es aquello de estar en el lenguaje, pero no estar en el discurso. ¿Para el psicótico las formaciones del inconsciente están vedadas? ¿Un psicótico no comete lapsus, por ejemplo?
    Gracias,
    Antonio.

    • Liliana Goldin

      Hola, Antonio:
      Me alegra que te haya gustado el audio. En relación a tus preguntas, el sujeto psicótico está en el lenguaje porque nace en un universo de lenguaje, habla. Posee una relación particular al lenguaje, no tiene posibilidad de metáfora. La posibilidad discursiva o de lenguaje articulado le presenta dificultades.
      Por los efectos de la forclusión del Nombre del Padre, no se produce la represión primaria, o sea el inconsciente como reprimido. No hay olvido, los sueños son de una categoria diferente. El inconsciente, al decir de Lacan, está a cielo abierto.
      Espero haber podido responder en algo tus preguntas.
      En este momento estoy preparando un seminario virtual donde ampliaré estos conceptos. Desde ya, te invito a participar.
      Hasta pronto.

  4. Luisanna

    Hola Liliana, cómo son los sueños del psicótico, y me podrías dar un ejemplo de cómo falla la metáfora en el psicótico? No sé si te refieres a que es poca capaz de simbolizar o suele ser muy literal?

    • Liliana Goldin

      Hola Luisanna:
      Los sueños en las psicosis no tienen la misma deformación. Al no producirse la represión originaria porque el significante fundamental, Nombre del Padre , no entró en el simbólico, el inconsciente tiene sus diferencias.
      Lacan habla en las psicosis del inconsciente a «cielo abierto».
      En relación a la falla de la metáfora, es así como lo seguís , suele ser literal el lenguaje o sin dimensión dialéctica.
      La falla de la metáfora implica la forclusión del Nombre del Padre.
      Podría ser un ejemplo: frente al saludo «¿Cómo anda?», la respuesta: «En bicicleta».
      Te mando un saludo y estamos en contacto.

    • Liliana Goldin

      Hola Graciela, Lacan nos dice que algo primordial en lo tocante al ser no entró en la simbolización primitiva y es no reprimido sino rechazado. Es el significante Nombre del Padre y esto es un daño irreparable. El concepto de proceso secundario permite ubicar la posibilidad del pensamiento, pensamiento como efecto de la represión, pensamiento inconsciente. Al presentar la psicosis profundas fallas en el proceso de simbolización podemos plantear la falta de proceso secundario.
      El proceso secundario se rige por el principio de realidad freudiano y es lo profundamente alterado en las psicosis.
      Gracias por tu pregunta, te mando un saludo.
      Liliana

  5. Karla Martinez

    Primeramente, gracias por compartir este valioso material. Muy interesante la teoría y cómo la vas abordando. Comentas que la madre es transmisora del significante del nombre del padre. ¿De qué manera lo hace y cuál podría ser un ejemplo de una madre que lo transmite y una que no lo hace? Gracias por tu generosidad!

    • Liliana Goldin

      Hola Karla,
      Muchas gracias por tus palabras. Planteo que la madre es transmisora del significante del Nombre del Padre porque ella hace transmisión de su posición en relación al Nombre del Padre en su propia historia. Cómo está atravesada por el lugar del Padre.
      Por otro lado, hace transmisión en la manera de mirar, de hablarle a su niño, en el tono de su voz, las primeras palabras, transmisión de su deseo.
      El niño, en la neurosis, es el falo para ella. Ser ese niño precioso y esperado, hasta que el padre haga su entrada y limite esa relación.
      En el caso de la psicosis, esto no se arma debido a la forclusión del Nombre del Padre, no hay inscripción fálica.
      Espero que te ayude a seguir este punto.

      Te mando un saludo,
      Liliana

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